La ciberseguridad se enfrenta una nueva y desafiante evolución con el aumento de los ciberataques de cuádruple extorsión, una táctica innovadora en el mundo del ‘ransomware’. Este enfoque sofisticado agrega un nivel adicional de presión sobre las víctimas, intensificando el riesgo y las consecuencias de los ataques.

En la época actual, a pesar de los notables avances en el ámbito digital, también se están manifestando inquietantes formas de delincuencia cibernética. Uno de los más perniciosos es el ransomware, una modalidad de ataque en la cual los ciberdelincuentes secuestran los sistemas informáticos y exigen un rescate a cambio de su liberación.

Según datos de Chainalysis, una compañía especializada en el seguimiento de criptomonedas, en los primeros seis meses de este año las víctimas han desembolsado casi 400 millones de euros a grupos de ransomware, acercándose al total del año anterior, que alcanzó aproximadamente los 443 millones de euros.

En nuestro propio país, España, el informe de Proofpoint revela que un alarmante 89% de las organizaciones sufrieron un intento de ataque de ransomware el año pasado, mientras que un preocupante 72% resultó infectado con éxito. Además, estas acciones delictivas están adquiriendo una crueldad cada vez más pronunciada. Un ejemplo de ello es BlackCat, uno de estos grupos de atacantes, que recientemente ha filtrado imágenes íntimas de pacientes con cáncer de un centro de atención médica en Pensilvania, argumentando que no desistirá de su demanda millonaria de rescate.

Es importante destacar que este tipo de incidentes resalta la urgente necesidad de abordar la ciberseguridad de manera efectiva y desarrollar estrategias para proteger tanto la información sensible como la integridad de las organizaciones y sus clientes.

Fuente: ComputerHoy